Todos sabemos que los reyes magos son tres, Melchor, Gaspar y
Baltasar, vienen de Oriente y el color de sus pieles son distintas.
Son magos y eso lo saben muy bien todos los
niños, ya que cada 5 de Enero por la noche, les traen regalos a todos y por
supuesto eso no podría ser, si esa noche no fuera mágica y esa magia son los
reyes la que la realizan para que no quede ningún niño sin su regalo.
Como todos los años los Reyes
llegaron muy alegres, guiados por la Estrella de Oriente después
de un largo y fatigoso viaje a llevar sus presentes al niño Jesús, se habían postrado ante
él adorándole y le habían ofrecido, Oro, en consideración a su realeza, Incienso
por su naturaleza divina y Mirra, un ungüento embalsamador como representación
de su sufrimiento y muerte.
Después de ese agradable
acontecimiento se prepararon a partir, tenían una gran tarea que cumplir,
millones de niños les habían escrito sus cartas pidiéndoles regalos, al parecer
este año todos los niños del mundo habían sido muy buenos, o al menos todos lo
decían en sus cartas y los tres Reyes Magos los creían, así que mucha magia
tendrían que usar para poder contentar a todos.
Pero estaban preocupados,
el Rey Herodes, les había llamado a su presencia antes de poder encontrarse con
el niño Jesús y les había preguntado a donde se encontraba él, ellos le
contestaron que no lo sabían ya que iban guiados por una estrella .Cuando
Herodes escuchó esto les advirtió que a la vuelta debían pasar por su presencia
y decirle donde había nacido Jesús. Por supuesto que los Reyes no pensaban ir a
contarle a Herodes donde se encontraba Jesús, pero temían caer en una trampa y
debían ser cautelosos, ya no podían contar con la estrella, ella los había
conducido hasta Jesús pero ya se había retirado a descansar a su lugar en el
cielo.
Partieron de noche para no
ser vistos, pero esa noche no había salido la luna, dieron vueltas y mas
vueltas y siempre volvían al mismo lugar, estaban despistados ¿Cómo era que no
había luna? Amaneció y decidieron esconderse y dormir hasta que fuera otra vez
de noche. La noche llegó y la luna no apareció, los magos volvieron a intentar
encontrar el camino a oscuras, pero la noche tan cerrada no les permitía
orientarse, otro día perdido, Así pasaron varios días y los Reyes desesperados,
el día de entregar los regalos se acercaba y ellos estaban atrapados en un
lugar despoblado muy lejos de tantos niños que les esperaban con ilusión.
Los tres Reyes dijeron-
Tenemos que utilizar nuestra magia, diremos a la luna que salga- – Se unieron y
con su magia convocaron a la luna para que saliera, pero ella no salió,
entonces los Reyes se dijeron entre ellos-Aquí pasa algo raro, la luna sale
todos los días ¿Estará enferma o estará enfadada?
Y entonces la llamaron cariñosos preguntando si
se encontraba mal o si algo malo le pasaba.
La luna altanera, furiosa
y celosa salió y les dijo desde el cielo -Estoy muy enfada con vosotros, todos
los años cuando venís a traer los presentes al niño Jesús, solo miráis al cielo
para ver la Estrella
de Oriente, es verdad que ella os guía, pero nunca os fijáis que yo soy la que
os alumbro, sin mí luz no podríais cruzar ríos, atravesar montañas, escapar de
mil peligros que os pueden acechar y solo así podéis llegar a tiempo para
entregar vuestros presentes.
-Perdónanos Luna tienes
razón, como tu sales todos los días no nos hemos dado cuenta de lo importante
que eres, no solo para nosotros sino para el resto del mundo, ahora además de
pedirte perdón te rogamos que nos acompañes y con tu luz podamos encontrar el
camino a donde los niños nos esperan y poderles entregar sus juguetes.
Todos los juguetes fueron
repartidos y a la mañana siguiente las calles de los `pueblos y ciudades se
llenaron de niños muy alegres con sus bicicletas, patines, y montones de
regalos.
Cuando la Luna se metió los Reyes
partieron.- ¿Hasta el año que viene Luna!
-¡Hasta el año que viene!
lo boy a utilizar de cuento para mi nieta, muy bonito....un beso
ResponderEliminarPrecioso!!!. Voy a tener un hijo con una suerte maravillosa :) Cuentos, amor e imaginación no le van a faltar. En su nombre y en el de sus padre: TE QUEREMOS, abuela Carmen ;).
ResponderEliminarMe ha parecido un relato tierno, cálido y muy apropiado para que las abuelas que te seguimos lo utilicemos, con tu permiso, (como dice Mª Jesús) para contárselo a nuestros nietos. QUE LA ESTRELLA TE GUIE POR EL CAMINO DE LA FELICIDAD. Un beso
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