ENTRETENERSE APRENDIENDO

La creación de este blog es para pasar un rato entretenido conociendo personajes, casos y cosas curiosas o peculiares

La vejez es la pérdida de la curiosidad -José Martinéz Ruiz -Azorin-





lunes, 7 de febrero de 2011

CURIOSIDADES DEL LENGUAJE

Aqui os dejo una de las maravillas de lo que, excelentes escritores pueden hacer con la palabra. Este relato es de un genio ( si no lo conoceís podreis enteraros de su nombre al final del relato) en él ha suprimido cuatro vocales y solo está escrito con la A.

Soy una apasionada de las letras, pero ni mi preparación, ni mi inteligencía dan para más que, para pequeños y deshilvanados relatos sin pretensiones.

Por eso admiro tanto a los que con las palabras que usamos todos, construyen historias que nos hacen soñar, sentir o conocer paisajes o personajes que jamas conoceriamos de otra manera.

Tambien las letras pueden ser estupendos pasatiempos.

Este relato es uno de ellos.

AMAR HASTA FRACASAR

Trazada para la A
La Habana aclamaba a Ana, la dama más agarbada, más afamada. Amaba a Ana Blas, galán asaz cabal, tal amaba Chactas a Atala.
Ya pasaban largas albas para Ana, para Blas; mas nada alcanzaban. Casar trataban; mas hallaban avaras a las hadas, para dar grata andanza a tal plan.
La plaza, llamada Armas, daba casa a la dama; Blas la hablaba cada mañana; mas la mamá, llamada Marta Albar, nada alcanzaba. La tal mamá trataba jamás casar a Ana hasta hallar gran galán, casa alta, ancha arca para apañar larga plata, para agarrar adahalas. ¡Bravas agallas! ¿Mas bastaba tal cábala?. Nada ¡ca! ¡nada basta a tajar la llamada aflamada!
Ana alzaba la cama al aclarar; Blas la hallaba ya parada a la bajada. Las gradas callaban las alharacas adaptadas a almas tan abrasadas. Allá, halagadas faz a faz, pactaban hasta la parca amar Blas a Ana, Ana a Blas. ¡Ah ráfagas claras bajadas a las almas arrastradas a amar!. Gratas pasan para apalambrarlas más, para clavar la azagaya al alma. ¡Ya nada habrá capaz a arrancarla!.
Pasaban las añadas. Acabada la marcada para dar Blas a Ana las sagradas arras, trataban hablar a Marta para afrancar a Ana, hablar al abad, abastar saya, manta, sábanas, cama, alhajar casa ¡ca! ¡nada faltaba para andar al altar!
Mas la mañana marcada, trata Marta ¡mala andanza! pasar a Santa Clara al alba, para clamar a la santa adaptada al galán para Ana. Agarrada bajaba ya las gradas; mas ¡caramba! halla a Ana abrazada a Blas, cara a cara. ¡Ah! la a nada basta para trazar la zambra armada. Marta araña a Ana, tal arañan las gatas a las ratas; Blas la ampara; para parar las brazadas a Marta, agárrala la saya. Marta lanza las palabras más malas a más alta garganta. Al azar pasan atalayas, alarmadas a tal algazara, atalantadas a las palabras:
-¡Acá! ¡Acá! ¡Atrapad al canalla mata-damas! ¡Amarrad al rapaz!
Van a la casa: Blas arranca tablas a las gradas para lanzar a la armada; mas nada hará para tantas armas blancas. Clama, apalabra, aclara ¡vanas palabras! Nada alcanza. Amarran a Blas. Marta manda a Ana para Santa Clara; Blas va a la cabaña. ¡Ah! ¡Mañana fatal!
¡Bárbara Marta! Avara bajasa al atrancar a Ana tras las barbacanas sagradas (algar fatal para damas blandas). ¿Trataba alcanzar paz a Ana? ¡Ca! ¡Asparla, alafagarla, matarla! Tal trataba la malvada Marta. Ana, cada alba, amaba más a Blas; cada alba más aflatada, aflacaba más. Blas, a la banda allá la mar, tras Casa Blanca, asayaba a la par gran mal; a la par balaba allanar las barras para atacar la alfana, sacar la amada, hablarla, abrazarla...
Ha ya largas mañanas trama Blas la alcaldada: para tal, habla. Al rayar la alba al atalaya, da plata, saltan las barras, avanza a la playa. La lancha, ya aparada pasa al galán a La Habana. ¡Ya la has amanada gran Blas; ya vas a agarrar la aldaba para llamar a Ana! ¡Ah! ¡Avanza, galán, avanza! Clama alas al alcatraz, patas al alazán ¡avanza, galán, avanza!
Mas para nada alcanzará la llamada: atafagarán más la tapada, taparanla más. Aplaza la hazaña.
Blas la aplaza; para apartar malandanza, trata hablar a Ana para Ana nada más. Para tal alcanzar, canta a garganta baja:

La barca lanzada
allá al ancha mar
arrastra a La Habana
canalla rapaz.
Al tal, mata-damas
llamaban asaz,
mas jamás las mata,
las ha para amar.
Fallas las amarras
hará tal galán,
aca, brava alabarda
llaman a la mar.
Las alas, la aljaba,
la azagaya...¡Bah!
nada, nada basta a tal batallar.
Ah, marcha, alma Atala
a dar grata paz,
a dar grata andanza
a Chactas acá.

Acabada la cantata Blas anda para acá, para allá, para nada alarmar al adra. Ana agradada a las palabras cantadas salta la cama. La dama la da al galán. Afanada llama a ña Blas, aya parda. Ña Blasa, zampada a la larga, nada alcanza la tal llamada; para alzarla, Ana la jala las pasas. La aya habla, Ana la acalla; habla más; la da alhajas para ablandarla. Blasa las agarra. Blanda ya, para acabar, la parda da franca bajada a Ana para la sala magna. Ya allá, Ana zafa aldaba tras aldaba hasta dar a la plaza. Allá anda Blas. ¡Para, para, Blas!
Atrás va Ana. ¡Ya llama! ¡Avanza, galán avanza! Clama alas al alcatraz, patas al alazán. ¡Avanza, galán, avanza!
-¡Amada Ana!..
-¡Blas!...
-¡Ya jamás apartarán a Blas para Ana!
-¡Ah! ¡Jamás!
-¡Alma amada!
-¡Abraza a Ana hasta matarla!
-¡¡Abraza a Blas hasta lanzar la alma!!...
A la mañana tras la pasada, alzaba ancla para Málaga la fragata Atlas. La cámara daba lar para Blas, para Ana...
Faltaba ya nada para anclar; mas la mar brava, brava, lanza a la playa la fragata: la vara.
La mar trabaja las bandas: mas brava, arranca tablas al tajamar; nada basta a salvar la fragata. ¡Ah tantas almas lanzadas al mar, ya agarradas a tablas claman, ya nadan para ganar la playa! Blas nada para acá, para allá, para hallar a Ana, para salvarla. ¡Ah tantas brazadas, tan gran afán para nada, hállala, mas la halla ya matada! ¡¡¡Matada!!!... Al palpar tan gran mal nada bala ya, nada trata alcanzar. Abraza a la ama:
-¡Amar hasta fracasar! -clama...
Ambas almas abrazadas bajan a la nada. La mar traga a Ana, traga a Blas, traga más...¡Ca! ya Ana hablaba a Blas para pañal, para fajas, para zarandajas. ¡Mamá, ya, acababa Ana. Papá, ya, acababa Blas!...
Nada habla La Habana para sacar a la plaza a Marta, tras las pasadas; mas la palma canta hartas hazañas para cardarla la lana.


Et voilà. ¿Quién me dirá el nombre del autor?




-Rubén Darío

3 comentarios:

  1. me marea leerlo Carmen,pero tiene mucho merito, un besito.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Hola Carmen!!

    Curioso como todo lo que nos enseña querida Amiga. Y lioso también el trabalenguas este de Rubén Darío, que como no podía ser de otra forma era tan desconocido para mí, como el resto de su literaria obra.
    Ya veo que lo tuyo son sobre todo las letras, en cambio lo mío: ni son las letras -ni vocales, ni consonantes, ni minúsculas, ni mayúsculas, ni nada que se les parezca- como tampoco los números -ya sean naturales, enteros, racionales, irracionales, reales, imaginarios o complejos-, pero bueno, con tu divulgación de todo tipo de anécdotas y curiosidades me voy poquito a poco formando.
    Muchas gracias por esta como siempre interesante entrada, y recibe un afectuoso saludo de este compañero, compañera Carmen.

    ResponderEliminar
  3. Ver gente decente perecer me estremece,
    Le Pen es el germen,
    el PP merece el trece,
    Mequetrefes venden 3 CDs, ¿qué se creen?
    Se creen jefes de este Edén,
    ¡Que les den! ¡Herejes!
    Deben entender que defenderme es querer perder,
    ¿Pretenden vencerme en este set? Seré Federer,
    Empecé desde el retrete,
    enterré el estrés,
    En el presente el referente es el Everest, creedme,
    El eje es tener fe,
    Seres que deseen que enferme, desespérense,
    Pretenden que me estrelle, que frene este tren express,
    Temen ver que este LP es el best seller del mes,
    ¡Ves! Que en vez de entretener me pertenecen,
    Deben encender mentes dementes que ennegrecen,
    ¡Respétenme! Dejen de verter pestes,
    Seres terrestres ven que me elevé entre entes celestes,
    Verme envejecer, ceder, ¡never!
    men, métele el reverb,
    que recen emecés de Feber,
    Me repelen peleles enclenques,
    rehenes del tembleque decrecen en frente de este jeque.

    ResponderEliminar