Justo ayer sábado 28 de setiembre he vuelto a Irlanda .Y aquí me encuentro por tercera vez en muy poco tiempo.
Como este
blog está pensado para describir cosas curiosas no me resisto a comentar una que me ha
ocurrido hoy a mí y que merece ese título.
Una
pequeña introducción para poner al
personal al tanto creo que será necesaria.
Empezaré por
decir que nunca jamás hubiera pensado
que en muy poco tiempo pisaría y recorrería tantos cementerios.
Aquí
cualquier monumento que quieras visitar está junto o dentro de un cementerio
pequeño, con tumbas antiquísimas que algunas son del siglo XVI e incluso antes,
pero no es motivo para que junto a esas tumbas tan antiguas se hallen otras también
antiguas pero no tanto, que supongo pertenecerán a familias de la comarca y que
son de su propiedad y allí siguen enterrando.
En las losas,
todas de piedra, llenas de moho puedes ver diversos enterramientos con
diferencia de un siglo.
No es que me
hayan entrado ideas morbosas y ahora me dé por ir de paseo a los cementerios, no creáis eso,
nada más lejos de mis intenciones. Mis intenciones es ver los monumentos de
este país y estos como ya dije antes, se encuentran en iglesias o abadías y
siempre junto ellas están los cementerios.
La abadía está desacralizada y allí se encuentra un formidable
restaurante en medio de las tumbas y no es eso lo peor. Para pasar al
restaurante y junto a su puerta una de las tumbas ha sido removida hace dos días
para enterrar y todavía no han puesto el recubrimiento, de modo que parece de película
de terror, por qué se ve un gran bulto de arena y como si debajo estuviera el cadáver.
Se come bien en el restaurante (pero muy caro) aunque no os aconsejo
venir aquí a comer y mucho menos a cenar.
Para que podáis comprobarlo ahí os dejo un par de fotos